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Yoga
El yoga es una práctica que conecta el cuerpo, la respiración y la mente. Esta práctica utiliza posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general.
Un estudio publicado en la “Revista de investigación de Enfermería ” de China en 2014 concluyó que un programa de ejercicios de yoga de 8 semanas redujo efectivamente la fatiga en pacientes con cáncer de mama
Otro estudio de yoga publicado en la “Revista Internacional de Yoga” de India en 2021 observó que la calidad de vida, el rango de movimiento articular y los síntomas musculoesqueléticos mostraron una mejoría en todos los estudios y también se incluyó el yoga como una intervención de ejercicio segura y factible para los pacientes con linfedema.
En conclusión la práctica del yoga puede ayudar a reducir el estrés, aliviar la fatiga, relajar el sistema nervioso, flexibilizar y relajar los músculos, y reducir el insomnio, entre otros.
Pilates
El método Pilates es un sistema de entrenamiento físico y mental ideado por Joseph Hubertus Pilates.
Joseph se basó en diferentes disciplinas como la gimnasia, el yoga y la traumatología; de forma que logró crear una disciplina con unas características e identidad propias.
Según el Grupo Español de investigación del cáncer de mama (GEICAM), se trata de una actividad física ideal y muy beneficiosa para las mujeres que padecen la enfermedad. Entre sus numerosas ventajas podemos destacar:
– El fortalecimiento de los músculos abdominales y conseguir una buena postura de la espalda, lo que se traduce en mayor estabilidad.
– Obtener una buena alineación corporal que ayuda a las mujeres a recuperar la amplitud completa de movimiento a través del pecho y el brazo.
– Reduce la ansiedad y la depresión, mejora la autoestima, mayor sensación de control y de satisfacción con la vida.
– Recuperar la movilidad del hombro y la cintura escapular, lo cual implica una mejora del tono muscular, disminuyendo así la probabilidad de aparición del linfedema.
Entrenamiento funcional con resistencia
En esta actividad se realizan ejercicios cardiovasculares combinados con ejercicios de fuerza funcionales con resistencia (gomas, pesas y el propio peso corporal) que mejoran la postura, trabajan la musculatura de la espalda favoreciendo la mejora de la movilidad y posicionamiento del hombro y mantienen a la que lo practica, en la mejor condición física posible para poder llevar sus actividades de la vida diaria.
Existen numerosos estudios realizados y actualmente realizándose en hospitales españoles de referencia como el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid que concluyen que la práctica regular de ejercicios de fuerza moderada-intensa mejoran la sarcopenia y la fatiga de los tratamientos de quimioterapia. Además de ser un ejercicio recomendable para prevención y rehabilitación de otras secuelas de los tratamientos como el linfedema, las asimetrías y la pérdida de resistencia cardiovascular.
Remo
El remo aumenta la capacidad aeróbica, involucrando el trabajo de grandes grupos musculares e implicando extremidades superiores, inferiores y tronco. Desarrolla de forma simétrica la musculatura postural y estabilizadora incrementando el tono muscular general, con un escaso impacto articular. Esta actividad, además, produce beneficios en la capacidad del sistema cardiovascular y respiratorio, mejorando el acondicionamiento físico (resistencia, fuerza, y amplitud de movimiento) de la paciente.
Además, el hecho de ser una actividad física recreativa al aire libre en la que se disfruta de un entorno relajante en contacto con la naturaleza, ayuda a mejorar el estado de salud mental y social, produciendo un efecto positivo sobre la calidad de vida. A ello hay que sumarle que, en las modalidades colectivas, se favorece la interacción con otras personas, consiguiendo una adherencia al ejercicio y normalizando la situación del paciente.