La actividad física contribuye a reducir o prevenir los efectos secundarios de los tratamientos empleados en el abordaje del cáncer de mama, además de mejorar la salud en general y la calidad de vida de las pacientes, según han puesto de manifiesto diversos estudios. El ejercicio en pacientes oncológicos “mejora la densidad ósea y aumenta la función cardiaca, regula los niveles de glucosa en sangre y la resistencia a la insulina, y también regula la respuesta inflamatoria y el sistema inmune”, tal y como apunta María Alonso, coordinadora del Programa de Ejercicio Físico Oncológico de GEICAM. Entre los beneficios de la actividad física para estos pacientes se encuentran también la mejora de los dolores articulares asociados al tratamiento, la disminución de las limitaciones articulares debidas a las intervenciones quirúrgicas y la reducción del riesgo de aparición de linfedema.
El ejercicio está recomendado para todo tipo de pacientes, aunque es necesario individualizar siempre la actividad y adaptarla en cuanto a intensidad y volumen. Para ello, hay que tener en cuenta “las características de cada paciente, posibles patologías previas y el estado de forma en el momento del diagnóstico, para conocer cuál es el punto del que partimos”.
Por este motivo, y dada la situación de confinamiento de la población a causa de las medidas contra el COVID-19, GEICAM ha elaborado y difundido dos infografías que recogen cómo hacer ejercicios dedicadas a mujeres con cáncer de mama que están en tratamiento que han superado la enfermedad. Estas infografías comprenden una tabla de nivel básico y otra de nivel avanzado (para aquellas pacientes que pueden hacer sin problema la básica y/o no hayan tenido una cirugía en al menos 2-3 meses), y son sencillas y eficaces para realizar en casa sin necesidad de materiales e incluso sin supervisión.
Ambas tablas ofrecen una orientación inicial para mujeres que tengan dudas sobre qué ejercicios pueden realizar para mejorar su estado de forma. Sin embargo, como indica María Alonso, es muy importante que consulten con su médico cuándo empezar a ejercitarse después de una cirugía y, ante cualquier duda que pueda surgir, acudan a un profesional cualificado (fisioterapeuta si están en fase de rehabilitación o licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte si ya ha superado la etapa post-cirugía).
Fuente: Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama.