Las siguientes líneas nos permiten obtener una visión general de algunos aspectos que consideramos esenciales dentro del proceso psicológico del ser humano.
‘Los que sufren no son los cuerpos, sino las personas’ (Eric Cassel).
Cuando suena en nosotros la palabra cáncer, lo primero que se nos viene a la cabeza es la visión de la muerte. Es quizá el mito por excelencia que debemos de derribar. Por ello, ante un diagnóstico de cáncer todo nuestro mundo entra en conflicto percibiendo una gran amenaza y sintiendo que no disponemos de los suficientes recursos personales como para hacerle frente. Es en este momento dónde la persona comienza a sufrir.
Cada persona es única por lo que tendrá una capacidad para evolucionar distinta. Os dejamos una breve explicación acerca de cuales son las reacciones emocionales más frecuentes que se pueden presentar a lo largo de todo el proceso oncológico.
Negación
Surge como consecuencia del miedo. Se manifiesta como un deseo de no querer saber nada a cerca de la enfermedad siendo incapaces incluso de hablar de ella. No solo se puede observar en el paciente, en ocasiones la familia o amigos tratan de quitarle importancia a los síntomas y emociones que presenta en el enfermo.
Miedo
Ante el diagnóstico el sujeto percibe que su vida cotidiana se interrumpe. Es en estos momentos dónde con mucha frecuencia aparece el miedo. Miedo a la propia enfermedad, a la nueva situación familiar, a la incertidumbre de un futuro, al fin y al cabo miedo a lo desconocido y a la muerte.
Rabia
Es muy común que tras hacer frente al diagnóstico venga de la mano la sensación de mundo injusto ¿Porqué yo?. Esta emoción la solemos volcar sobre las personas más cercanas, nuestros familiares, amigos o incluso el personal sanitario.
Sentimientos de culpabilidad
Otra de las preguntas que mas frecuentemente se hacen los pacientes es: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?. La persona analiza y crea sus propias creencias a cerca de qué es lo que originó su enfermedad (desde pensar que son los causantes, hasta creer que se trata de un castigo).
Ansiedad
Se trata de una reacción normal que experimenta el paciente a lo largo de todo el proceso. La ansiedad y el nerviosismo ayudan a aumentar la sensación de dolor, causar vómitos y nauseas, alterar el ritmo del sueño e interferir significativamente en la calidad de vida del paciente.
Depresión vs tristeza
La tristeza emerge como consecuencia a los cambios a los que el sujeto debe de hacer frente con la enfermedad, no siente la salud que antes disfrutaba y hay incertidumbre sobre el futuro. El hecho de que un paciente se encuentre triste no implica que sufra depresión.
La importancia de la comunicación
(Fuente: mujerycancer.org)
Una vez descritas algunas de las emociones más comunes con las que las personas se cruzan a lo largo de su enfermedad es imprescindible hablar de la importancia que tiene una buena comunicación.
Con tu médico
Una comunicación efectiva y de confianza con tu médico es muy importante para planificar los cuidados y el tratamiento. Cuánta mas información tenga el médico sobre el estado físico y anímico del paciente, mejor podrá ayudarle en el proceso de su enfermedad.
Os recomendamos:
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- Pregunta todas tus dudas hasta que hayas entendido todas las explicaciones.
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- Si no has entendido alguna explicación, pregunta de nuevo. Incluso si los términos le resultan difíciles de comprender, pide que te lo expliquen enlenguaje más accesible.
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- Como consecuencia de la tensión que suele existir durante la visita con el médico, el paciente se olvide algunas de las preguntas que tenían pensado hacer. Apúntatelas en un papel antes de la visita.
- Si necesitas mas tiempo para comunicarte con tu médico no dudes en decírselo. Planificará otra visita o te orientará a otro compañero, enfermera o persona de confianza.
En la familia
No solo el paciente sufre cambios físicos y psíquicos, toda la estructura familiar se ve alterada. Hay modificaciones en la dinámica, el paciente delega funciones a otros miembros de la familia. Cada miembro de la familia puede reaccionar de manera distinta, mostrando rabia, cansancio, ansiedad…
En algunos casos los familiares se encierran en sí mismos y evitan por todos los medios hacer partícipes de cómo se sienten a la persona enferma, suponiendo que de esta manera la están cuidando y protegiendo. Hablar claramente es la mejor manera de organizarse, cuidar y poder colaborar en el proceso. ‘las tristezas compartidas se reducen a la mitad’.
Con los más pequeños
Los niños son muy sensibles a los cambios de las rutinas familiares y detectan rápidamente que algo está ocurriendo.
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- El sentimiento que pueden tener de que se les está ocultando un problema crea en su imaginación fantasías erróneas e incluso mucho más problemática de lo que pudiera ser realmente.
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- Si el paciente no se ve capaz, es mejor que sea un familiar o alguien cercano de confianza se comunique con ellos.
Es muy importante tener en cuenta la edad de los niños, a la hora de saber cómo comunicarse con ellos, puesto que habrá reacciones diferentes.
Recuerda que no estás solo. Te apoyamos individualmente e incluso con psicoterapias de grupo y de ayuda mutua. Te ayudaremos a hablar de tus problemas, temores o preocupaciones que te surjan tanto a tí como a tu familia a lo largo de todo el proceso de enfermedad.
Consúltanos siempre que lo necesites. www.anemonamarinabaixa.org