Después de un cáncer de mama, volver a vivir en sociedad.

Cada persona tiene una manera de vivir el periodo de los tratamientos: mientras algunas prefieren aislarse para no ser mostrarse convaleciente o hacer sufrir a su entorno. Otros al contrario tienen la necesidad de exteriorizar su enfermedad. En todo los casos, es normalmente difícil conservar intacto el círculo de amistades, a antes de la enfermedad.

Hemos oído muy a menudo a los enfermos que ellos habían cambiado por completo su giro de amistades. Eso duele. Pero son conscientes que muchos amigos o conocidos no saben cómo comportarse, tienen miedo de no saber qué decir, de estar incómodos, entonces evitan el contacto… Pero eso no es una solución correcta. Los que hemos vivido la enfermedad si tuviéramos que dar un consejo seria que hagan justo lo contrario, incluso si es para decir que no saben que decir o hacer, pero no hay nada peor que no estar presentes.

Para la familia, las parejas, la situación es muy diferente. La enfermedad puede acercar a dos personas hasta un grado impresionante, o al contrario alejarlas definitivamente. De hecho la enfermedad magnifica la situación de la  relación, Una pareja muy unida, donde todo va bien, puede salir reforzada de esta prueba. En cambio, los pequeños diferencias, o discordias existentes pueden verse multiplicadas hasta llegar a la irremediable separación.

Aprovechar del instante presente

Para bien gestionar esta fase de convalecencia, pueden ayudar las charlas de grupo, organizados por las asociaciones de lucha contra el cáncer. Son reuniones de personas, que todas han tenido que enfrentarse a la experiencia del cáncer. Son de gran ayuda, muy terapéuticas, donde charlar cada uno de su experiencia. Normalmente se crea una solidaridad muy fuerte entre los miembros del grupo.

Pasados los primeros meses, los mas difíciles, las personas que han sufrido un cáncer se vuelven más positivas que la media, más entusiastas cara a la vida.

El hecho de haber tenido cerca la muerte nos vuelve más conscientes de nuestra suerte en la vida. “Todo va bien, físicamente y moralmente. Claro que sí, pero la manera de ver la vida ha cambiado: relativizo mucho más los problemas, aprovecho más del presente, de las pequeñas cosas. En definitiva tengo la impresión de haber descubierto la palabra “vida”, Así se expresan la mayoría de los pacientes. 

Ejercicios para la prevención del linfedema.

Las pacientes diagnosticadas de tumores de mama que han sido sometidas a cirugía mediante tratamiento conservador o mastectomía y linfadenectomía (vaciamiento axilar), que además han recibido tratamiento con radioterapia a nivel axilar, tienen un cierto riesgo de desarrollar linfedema en dicho brazo.

La falta de movilidad por el dolor que produce contribuye a atrofiar los músculos y las articulaciones, anquilosando el sistema músculo esquelético.

Por esta causa es frecuente que se tienda a mantener inmóvil el brazo y el hombro, lo que favorece aún más la atrofia muscular, la fijación articular y la posible aparición de un linfedema. Por este motivo, es conveniente tener una serie de cuidados y precauciones así como la realización de unos ejercicios gimnásticos, que pueden ayudar en la recuperación tras la cirugía/radioterapia.

Realice estos ejercicios 2-3 veces al día, repitiendo 10 veces cada uno.

Tabla de Ejercicios Básicos

  • Sentada sobre un taburete, sujete una toalla por la espalda, con una mano por arriba y otra por debajo, realice movimientos hacia arriba y hacia abajo.
  • Coja un palo horizontalmente y levántelo todo lo que pueda.
  • Ponga los brazos en cruz y elévelos juntando las palmas de las manos.
  • Coloque ambas manos entrecruzadas en la nuca, junte los codos delante y luego sepárelos al máximo sin soltar las manos.
  • Sitúese frente a una pared. Con el brazo afecto dibuje un círculo lo más grande posible, primero en un sentido y luego en el otro.
  • Con los brazos extendidos hacia delante, a la altura de los hombros, flexione los codos a la vez que cierra el puño. Posteriormente estire el brazo a la vez que abre las manos.
  • Mueva los brazos como si nadase a braza. Con los brazos extendidos hacia delante, a la altura de los hombros, flexione los codos a la vez que cierra el puño. Posteriormente estire el brazo a la vez que abre las manos.

Fuente : http://www.mdanderson.es/