Fisioterapia respiratoria.

Los tratamientos químicos y físicos como la radioterapia pueden afectar a la capacidad respiratoria. Hoy os mostramos cómo la fisioterapia puede ayudar en estas secuelas.  La respiración humana es de tipo pulmonar y consta básicamente de los siguientes procesos:

  •  Ventilación que a su vez se compone de inspiración (entrada de aire a los pulmones) y espiración (salida de aire de los pulmones)
  • Intercambio gaseoso en los alvéolos pulmonares. El oxígeno pasa de los alvéolos a la sangre por difusión.
  • Transporte de oxígeno a través de la sangre y el sistema circulatorio hasta todos los tejidos.
  • Intercambio gaseoso interno. Es el último paso de la respiración y consiste en el intercambio de gases entre los tejidos y la sangre, de tal forma que el oxígeno pasa de la sangre a las células de todo el organismo y el dióxido de carbono realiza el camino inverso, desde las células a la sangre.

La ventilación se da gracias a un sistema de presiones que ocurre en las vías respiratorias y gracias a unos músculos que trabajan de forma involuntaria para que ésta nunca se deje de dar. La pregunta es si todo ésto ocurre sin que nosotros tengamos que pensarlo…¿Cómo puedo ayudar yo a mejorarla?

Los fisioterapeutas podemos ayudar a liberar restricciones en la musculatura mediante tratamiento manual y podemos enseñar a la paciente a usar el uso consciente de ciertos músculos, cadencia de respiración incluso parar momentáneamente la respiración con el objetivo de mejorar el estado de los músculos y tener una respiración lo más funcional posible.

En Anémona contamos con un equipo interdisciplinar que nos ayuda a extrapolar el trabajo en sala de este tipo de tratamientos a la vida cotidiana. Nuestras monitor@s de yoga, pilates, gimnasio y remo son conscientes de este problema y gracias al trabajo interdisciplinar encontramos grandes avances.

Debido a la situación que estamos viviendo y que nos impide seguir trabajando de manera presencial, vamos a enseñaros medidas de autotratamiento y os proponemos realizar posteriormente las clases de nuestr@s profesionales de las actividades deportivas en nuestro canal de youtube. Esperamos poder ayudaros en esta cuarentena desde la distancia y cuando volvamos a la normalidad desde la cercanía en nuestra sede.

Autotratamiento del diafragma
El diafragma es el principal músculo de la respiración. Mira en la imagen lo extenso que es. Aquí lo vemos sólo, sin ningún otro músculo o víscera a su alrededor pero tiene múltiples conexiones con músculos, así que no os extrañe que por un dolor de cuello vuestro fisioterapéuta haya comenzado con alguna técnica para relajarlo.
Es nuestro aliado para ayudar a nuestro bienestar pero también es nuestro gran enemigo en ciertas dolores recurrentes debido al estrés ese que muchos os habrán nombrado que causa tantos problemas. En el tema de hoy vamos a centrarnos en su función respiratoria.

Primero vamos a evaluar cómo se mueve para poder comparar el antes y después de nuestro tratamiento.

Nos colocamos tumbada boca arriba con rodillas flexionadas y un cojín bajo la cabeza.

Vamos a valorar la elasticidad de las inserciones del diafragma poniendo las manos sobre la parrilla costal con los dedos mirando hacia el ombligo.

Inspiramos llevando el aire hacia nuestras manos y al espirar intentamos introducir la yema de los dedos por la cara interior de nuestras costillas. Nos podemos encontrar con distintos grados:
– Grado 1 : si podemos introducir los dedos libremente sin dolor y al inspirar no me los expulsa
– Grado 2: si podemos introducir los dedos pero hay ligera molestia y al inspirar los dedos son expulsados
– Grado 3: no se pueden introducir los dedos, hay dolor

Y podemos valorar el movimiento del diafragma. En la misma postura, tumbada boca arriba con rodillas flexionadas y con la cabeza apoyada en un cojín, colocamos nuestra manos por debajo del pecho rodeando la parrilla costal con nuestros pulgares y dedos índices. Los dedos enfrentados se tocan.
– En la inspiración intentaremos separar lo máximo que podamos nuestros dedos ensanchando el diámetro de nuestras costillas. Imaginamos que llevamos todo el aire que inspiramos a esa zona

Lo que podamos separar los dedos será nuestra referencia.

Automasaje (preferiblemente sin crema pero si molesta podemos usar un poco de aceite para deslizar mejor nuestros dedos)
Pautas a seguir:
– El masaje se da con nuestros dedos formando una garra. Con los dedos mirando hacia el ombligo deslizamos la piel hacia abajo para poder introducir la yema de los dedos por el interior del reborde costal o si es molesto de esa forma, se puede hacer con el borde cubital de la mano ,es decir, con la zona del dedo meñique de nuestras manos.
– Es una técnica un poco molesta pero no debemos de provocarnos mucho dolor. Puede que se irrite un poco la piel
– La inspiración se hará por la nariz y la espiración por la boca en forma de exhalación, sin soplar, como si quisiéramos empañar un cristal
– Moveremos nuestras manos desde el centro hacia los lados durante la espiración
– Al final del recorrido vamos liberamos la presión de nuestros dedos

Para finalizar os recomendamos realizar los siguientes ejercicios respiratorios para completar nuestro tratamiento.

Respiración apical o costal superior:
– Colocamos una mano en la zona del esternón y la otra en la barriga, dirigimos el aire hacia la mano que tenemos en esternón. Al espirar empujamos con nuestra mano que tenemos en el pecho para hacerlo descender.
– Con movimiento de brazos, al inspirar subimos los brazos por encima de nuestra cabeza, al espirar volvemos a la posición de partida. Utilizamos la palanca de brazos para ayudar a movilizar la parte superior de nuestra parrilla costal

Respiración costal inferior:
– Colocamos las manos abrazando las costillas inferiores, con los dedos mirando hacia el centro. Al inspirar llevar el aire hacia nuestras manos, y al espirar intentar juntar nuestras manos cerrando la parrilla costal
–  Con movimiento de brazos, al inspirar elevamos los brazos hacia los laterales y al espirar los bajamos

Respiración abdominal
–  Colocamos una mano en el abdomen y la otra en el esternón. En este caso llevamos el aire hacia la mano que está en la barriga. Al inspirar el abdomen tiene que subir y al espirar empujamos ligeramente hacia abajo para ayudar a que el aire salga

Esperamos que os haya resultado útil toda esta información. Podéis ver el video demostrativo en youtube y enviarnos vuestras dudas al email fisioterapianemona@gmail.com

Maria José y Vicenta  ( Fisioterapeutas )

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